¿Por qué los animalis ectotermos viven más que los endotermos?
Los animales ectotermos tienen una temperatura corporal que depende de la temperatura del ambiente y, a diferencia de los endotermos, cuya temperatura corporal es constante, pueden vivir más tiempo porque su metabolismo es más lento.
Los investigadores encontraron que los animales ectotermos tienen una mayor variación en la tasa de envejecimiento que los endotermos, y que algunos de ellos pueden vivir más de 100 años.
La tasa de envejecimiento de los animales ectotermos se ve influenciada por factores como la termorregulación, la temperatura ambiental, los rasgos de protección y el ritmo de vida.
Los científicos analizaron cuatro factores diferentes para comprobar cuánto contribuían a la tasa de envejecimiento: la termorregulación, la temperatura ambiental en la que viven, los rasgos de protección de que disponen y el ritmo de vida que presentan.
En el estudio ha participado un equipo del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN–CSIC), liderado por el investigador Íñigo Martínez-Solano, que ha aportado datos muy relevantes de poblaciones de gallipato, sapo de espuelas, sapo corredor, rana común y ranita de San Antonio, que llevan recopilando en la Sierra de Guadarrama desde hace más de una década.
La variación de la tasa de envejecimiento es mayor en los animales ectotermos que en los endotermos, y se ha encontrado que algunos animales ectotermos pueden vivir menos de un año, mientras que otros pueden alcanzar hasta 137 años.
Los investigadores encontraron que las tortugas, los cocodrilos, las salamandras y los tuátaras tienen una tasa de envejecimiento muy baja en relación con su tamaño, aunque hay reptiles y anfibios que envejecen extraordinariamente rápido.
La tasa de envejecimiento en ectotermos no está directamente relacionada con la tasa metabólica, sino que disminuye en aquellas especies con ritmo de vida más lento.
La presencia de rasgos protectores o defensivos, como disponer de un caparazón, armadura escamosa más o menos gruesa, veneno o espinas, están también asociados a un envejecimiento más lento.
Los hallazgos de este equipo pueden suponer un avance en el diseño de estrategias de conservación de reptiles y anfibios, muchos en peligro de extinción.
El estudio evolutivo sobre el envejecimiento puede ayudar a comprender mejor el envejecimiento en los seres humanos.