En España, la Semana Santa es uno de los eventos más esperados del año que se vive con una gran devoción.
Las procesiones, organizadas por cofradías religiosas, son particularmente impresionantes en diferentes puntos del país, sobre todo en Andalucía: Sevilla, Málaga, Granada y Córdoba vibran al ritmo de los pasos, llevados a veces a hombros de los costaleros, y adornados con imágenes religiosas.
La atmósfera es solemne y profundamente emotiva.
En el ámbito gastronómico, las torrijas, ese pan dulce con canela y azúcar, son el plato estrella de esta época del año.
En Roma, las celebraciones de Pascua alcanzan su punto álgido en la Plaza de San Pedro, con una misa solemne presidida por el Papa el domingo de Ramos.
Los fieles acuden para recibir la bendición de las ramas de olivo, símbolo de paz y esperanza.
En Brasil, la Semana Santa se vive con creatividad e intensidad.
En Nova Jerusalén, en el estado de Pernambuco, la mayor representación de la Pasión de Cristo del mundo reúne cada año a cientos de actores en un gran teatro al aire libre.
En Minas Gerais, ciudades como Ouro Preto se engalanan con alfombras de flores y virutas de colores, obras colectivas efímeras que adornan las calles para el paso de las procesiones.
Centro espiritual del cristianismo, Jerusalén adquiere una importancia especial durante la Semana Santa.
El Viernes Santo, miles de peregrinos recorren la Vía Dolorosa, en el barrio cristiano de la Ciudad Vieja, reviviendo las 14 estaciones del Vía Crucis que representan las etapas del calvario de Jesús hasta su crucifixión.
Guatemala ofrece una de las celebraciones más espectaculares de Semana Santa, especialmente en Antigua Guatemala, donde las tradiciones católicas se fusionan con las creencias mayas.
El punto más destacado: las alfombras, hechas de virutas, flores, frutas y semillas, meticulosamente elaboradas en los recorridos de las procesiones.
En Haux, Francia, el lunes de Pascua se prepara una tortilla gigante de al menos 4.500 huevos, al aire libre, en un ambiente festivo.
En Escocia, los niños participan en la carrera de huevos cocidos, haciéndolos rodar desde lo alto de una colina.
En Suecia y Finlandia, los pequeños van de casa en casa disfrazados de brujas de Pascua, ofreciendo ramos y recibiendo golosinas.
En Bermudas, los coloridos cometas llenan el cielo el Viernes Santo, en una tradición tanto poética como espiritual.