La mortalidad en la isla aumentó significativamente durante los meses en los que el volcán estuvo en erupción.
El número de muertes entre septiembre y diciembre en la Palma fue el doble que en esos mismos meses en toda Canarias.
En conjunto en toda la región, la mortalidad aumentó un 18,2% con respecto a la media de los últimos 5 años y en la Palma, un 35,9% (datos INE).
Una vez terminado el episodio eruptivo se volvió a los valores normales de mortalidad.
Si normalmente, las muertes que puede haber en esas 13 semanas de la erupción en la isla de La Palma, considerando los 5 años anteriores, estaba en el orden de 190, en esas semanas de 2021 serían de 260 defunciones, es decir, 70 decesos adicionales y, además, mantenidos en una época del año donde no suele haber excesivas variaciones.
Cuando terminó la erupción, ese exceso de mortalidad ha vuelto a la normalidad que existía antes de la erupción.
Los pacientes más susceptibles pudieron ser los que ya tienen una patología de base cardiorrespiratoria.
Los pacientes que son asmáticos ya tienen inflamada la vía aérea desde el punto de vista genético, destaca el alergólogo.
Cuando se excede más de dos meses una erupción volcánica, desde el punto de vista de la salud, puede tener una repercusión importante.
Los gases y cenizas emitidos lógicamente pueden afectar a la salud del ser humano.