El clima frío de alta montaña. Debido a su situación meridional dentro del hemisferio norte, España es un territorio en el que habitualmente no suele hacer mucho frío, sobre todo si lo comparamos con latitudes más septentrionales del continente euroasiático o norteamericano. Sin embargo, existe otro factor en juego que es el que provoca que en la península se localicen lugares en los que las temperaturas son considerablemente bajas, sobre todo en los meses de invierno. Se trata de las altas montañas, aquellas zonas en las que, debido a su altitud, las condiciones atmosféricas provocan el descenso de las temperaturas y por tanto el frío es en ocasiones muy acusado. El descenso de las temperaturas no solo está en relación con la altitud, también es necesario tener en cuenta la latitud a la que se encuentran esas montañas. En las zonas a una latitud más baja como son las de los Sistemas Béticos en Andalucía, es necesario ascender hasta los 3.000 metros para encontrar esta variante climática. Las características de este clima son básicamente las de un descenso generalizado de las temperaturas en relación con las de las zonas que las rodean, pero que se encuentran a más baja altitud. Esto hace que en invierno las temperaturas sean muy frías y que la época fría se prolongue durante muchos meses. En verano puede hacer calor, pero no demasiado, dado que por regla general y como ya vimos, cada 1.000 metros de altitud, las temperaturas descienden seis grados por término medio. Los Pirineos son, debido a su elevada alitud y a su posición muy septentrional, la principal cadena montañosa española en la que se da el clima frío de Alta Montaña.