El plástico es uno de los principales contaminantes de nuestro planeta. Dependiendo del tipo de plástico, puede tardar 500 a 1,000 años en descomponerse completamente. Los plásticos, especialmente los de un solo uso como bolsas, botellas y envases, se fragmentan en microplásticos durante este largo proceso, pero no desaparecen del todo. Un neumático puede tardar más de 1,000 años en descomponerse. Las pilas y las baterías que utilizamos en nuestros dispositivos electrónicos son altamente contaminantes. Aunque no es un material sólido como el plástico, estas baterías contienen metales pesados como plomo, cadmio, litio y mercurio. Si no se desechan correctamente, pueden tardar más de 1,000 años en descomponerse, liberando sustancias tóxicas en el ambiente. El aluminio es otro material que, si bien es reciclable, no se degrada por sí solo en la naturaleza. Puede tardar hasta 200-500 años en descomponerse si no se recicla. El vidrio no es tóxico ni contaminante en el sentido de liberar sustancias dañinas, tiene una larga vida útil en el medio ambiente. Si el vidrio no es reciclado, puede permanecer en la naturaleza durante miles de años.