Es un mito que vean solo en blanco y negro.
Los perros solo poseen dos receptores cónicos, a diferencia de los humanos que poseemos tres.
Distinguen menos combinaciones cromáticas y, aunque los expertos no terminan de ponerse de acuerdo, la mayoría coinciden en que los tonos que perciben son azules, amarillo y algunas tonalidades de grises.
Sin embargo, su campo visual y la visión nocturna son mejores que en los humanos, con un desarrollo superior en perspectiva y profundidad.
Su visión es parecida a la de los perros.
Ven en tonos verdosos, azules y amarillos.
La visión durante el día no es buena, además sus ojos absorben hasta ocho veces más cantidad de luz que el ojo humano, lo que dificulta su visión diurna.
Pero la nocturna es excelente.
Tienen una visión precisa y clara.
Poseen adaptaciones con las que pueden ver mucho mejor que la mayoría de los animales.
Tienen cuatro receptores al color, alcanzando a ver colores que el ojo humano no conoce.
Tener cuatro receptores también les da la habilidad de percibir la luz ultravioleta y detectar la luz polarizada.
Además, su agudeza visual es superior a la de otros grupos de vertebrados.
Su visión es bastante limitada, ya que sentidos como el olfato y el tacto son más predominantes.
Tienen una visión dicromátrica, solo perciben el verde y el azul.
Sus ojos se mueven de forma independiente, por lo que obtienen dos imágenes separadas.
Tienen una visión adaptada al medio acuático, capaz de ver ver en la oscuridad, percibir la luz ultravioleta y captar detalles a gran distancia.
Por la posición de sus ojos, el campo visual es muy amplio.
Ven los colores de forma parecida a los humanos pero se dispersan según la profundidad del agua y la cantidad de luz que exista a esa profundidad.
No tienen una visión tan buena como otras especies animales.
Ven lo colores apagados y opacos, casi en blanco y negro.
La visión durante el día no es buena, se limitan a reaccionar a los movimientos.
Pero por la noche, pueden ver la radiación térmica con facilidad, diez veces mejor que nuestra tecnología infrarroja.
Una de las visiones más extrañas del planeta.
Este colorido crustáceo de aguas tropicales y subtropicales, tiene 12 tipos de fotorreceptores, pueden detectar la luz ultravioleta y la polarizada, además pueden percibir la profundidad mejor que la mayoría de los seres vivos.
Sin embargo, según investigaciones recientes del equipo del biólogo Hanne Thoen: «la langosta es capaz de percibir una variedad inaudita de colores de forma directa, lo que provoca que no sea capaz de distinguir entre ellos».