El fin de semana comenzó con ciertos problemas, nos quedamos sin luz en el aula cedida por medio ambiente y tuvimos que improvisar como buenos profesionales. Un buen organizador, tiene que tener siempre muchos recursos y amigos, así que como siempre un trato excepcional en el Complejo Turístico Los Pinos, donde nos habilitaron en 5 minutos un aula bien calentita con consumición incluida por la organización. Al poco de llegar ¡cuatro nutrias nos dieron un espectáculo digno de documental de naturaleza. Los que hemos pasado muchas horas delante de un telescopio con pocos grados centígrados en el termómetro sabemos que algo así es sumamente poco probable y por tanto, nos sentimos claramente agradecidos por momentos como el que vivimos ese día. Comprender que, somos auténticos privilegiados porque las nutrias permitieron que estuviésemos allí esa mañana de sus vidas, es vital para la conservación de las especies y la labor de educación ambiental. Se ha medido el tiempo de observación vs avistamientos, en poblaciones de carnívoros silvestres por observación directa y se ha estimado en 14 éxitos de cada 100 intentos. La de este año ha sido una de ellas, sólo una alumna vio un lince subiendo una loma, muy lejos y múy rápido. Nadie más lo vio. Sin embargo, el lince estuvo observándose todo el fin de semana, según nos contaban las personas que estuvieron en diferentes puntos de observación.