Aunque el Teide no entra en erupción desde 1798, los expertos insisten en que no es un volcán dormido.
El Instituto Geográfico Nacional (IGN) registra de manera constante microsismos y movimientos internos de fluidos, señales de que el volcán sigue activo y bajo constante seguimiento.
La probabilidad de erupción en Canarias en los próximos 50 años se estima entre 30% y 40%, según Involcan.
Los científicos explican que los enjambres reflejan fracturación de rocas y movimientos de fluidos hidrotermales, recurrentes desde 2016, asociados a la presurización del sistema volcánico‑hidrotermal por inyección de fluidos magmáticos.
A pesar de ello, la probabilidad de erupción en Canarias en los próximos 50 años se estima entre 30% y 40%, según Involcan.
Lo relevante, subrayan, no es el número de terremotos, sino la ausencia de indicadores de alerta que precedieron otras erupciones, como la de Tajogaite en 2021.
Aunque Tenerife sigue vibrando bajo las Cañadas del Teide con microsismos frecuentes y signos de presurización del sistema hidrotermal, los científicos insisten en que no existe un riesgo aumentado a corto o medio plazo.