El proyecto Costas Resilientes, financiado por la Fundación Sueca Postcode, inició en 2024 ante la creciente necesidad de un nuevo enfoque para la resiliencia costera en la región, combinando perspectivas ecosistémicas con sostenibilidad económica. 
La iniciativa se centra en demostrar cómo la conservación estratégica de ecosistemas no solo protege la biodiversidad, sino que es un pilar fundamental para la economía y la seguridad de comunidades vulnerables en las costas. 
Costas Resilientes es considerado un modelo relevante tanto en los ocho países participantes como en otras regiones del mundo. 
El ejemplo más reciente de este interés global llegó a las costas de Cartagena, Colombia, donde una delegación de parlamentarios suecos visitó a la comunidad isleña de Bocachica, quienes hospedan el innovador “Living Lab” establecido en el arrecife coralino de Varadero, como parte central del proyecto Costas Resilientes. 
Esta visita refleja una tendencia creciente e interés de tomadores de decisiones quienes buscan soluciones basadas en la naturaleza con impacto tangible y replicable. 
En Varadero, los parlamentarios presenciaron de primera mano cómo este laboratorio opera como un espacio de co-creación y pone a prueba el rol vital que tienen las comunidades en la ejecución y escalamiento de este tipo de proyectos. 
Así mismo este escenario, permite que las comunidades costeras, científicos y autoridades desarrollen, prueben y evalúen conjuntamente soluciones prácticas y contextualizadas al territorio, para restaurar ecosistemas críticos, como los arrecifes de coral, y fortalecer su resiliencia frente a amenazas climáticas y económicas. 
El laboratorio vivo de Varadero, es el segundo laboratorio instalado en el Caribe durante la ejecución del proyecto Costas Resilientes para esta región. 
Los arrecifes de Varadero han sido designados “Punto de Esperanza” o Hope Spot por Mission Blue, reconociendo su papel crucial para la salud de los Océanos. 
El laboratorio explora cómo preservar este ecosistema invaluable beneficiando a la comunidad local, identificando formas de conciliar intereses potencialmente contrapuestos. 
El laboratorio proporciona una plataforma para testear SbNs– como la restauración de corales o manglares – como alternativas costo-efectivas y sostenibles frente a infraestructura gris convencional, ofreciendo múltiples beneficios ecológicos y socioeconómicos. 
La sostenibilidad a largo plazo y manejo basado en comunidades, recae sobre la generación de medios de vida sostenibles compatibles con la conservación y líneas de trabajo de los laboratorios vivos, puesto que la viabilidad de las SbNs se fundamenta en modelos socioeconómicos resilientes.