Si queremos desconectar, relajar la mente, aclarar las ideas y sumergir el cuerpo en las apacibles aguas de la isla, estas piscinas naturales son auténticos balnearios de agua y roca en los que desconectar de todo. La presencia de maravillosas piscinas naturales en la también conocida como “La Isla Bonita” se debe a una orografía costera compleja, en algunos de cuyos puntos se hace difícil el acceso al mar, lo cual no significa que no podamos bañarnos en sus playas, pues muchas de ellas son apacibles y perfectas para disfrutar en familia. Si lo que nos pide el cuerpo son aguas limpias, con una temperatura perfecta, relax y chapoteo sin esquivar olas, en el norte de la isla encontramos estas piscinas naturales de hermosas aguas turquesa a las que se accede por una carretera flanqueada a ambos lados por fincas de plataneras. Las piscinas Charco Azul, muy populares entre residentes y visitantes, tienen muy buenas instalaciones y cuentan, además, con un chorro de spa para un relajante masaje cervical. Si andamos por el norte y el cuerpo nos pide aguas plácidas y relax entre rocas, una buena idea es acercarse a las tres piscinas de aguas cristalinas de La Fajana, donde disfrutaremos del buen tiempo mientras nos resguardamos del oleaje. Este enclave, ubicado en Barlovento dispone de varios servicios como aparcamiento, aseos, duchas y restaurantes.