La agricultura ecológica es un método de producción cuyo objetivo es obtener alimentos utilizando sustancias y procesos naturales.
La agricultura ecológica tiende a tener un impacto medioambiental limitado, ya que promueve: el uso responsable de la energía y los recursos naturales; el mantenimiento de la biodiversidad; la conservación de los equilibrios ecológicos regionales; la mejora de la fertilidad del suelo; el mantenimiento de la calidad del agua.
Además, las normas de la agricultura ecológica persiguen un alto nivel de bienestar animal y exigen de los agricultores que respeten los hábitats de conducta específicos de los animales.
Para que los agricultores obtengan beneficios de estos métodos, los consumidores deben poder confiar en que se están respetando las normas de producción ecológica.
La UE mantiene un estricto sistema de control y garantía de cumplimiento que avala la correcta aplicación de las normas y reglamentos de la agricultura ecológica.
La agricultura ecológica forma parte de una amplia cadena de suministro que incluye otros eslabones (transformación, distribución y venta minorista), también sujetos a control.
La UE ha aprobado una nueva legislación relativa al sector de la producción ecológica, aplicable a partir del 1 de enero de 2022.
Entre los cambios que se introducen en la nueva legislación ecológica, cabe citar los siguientes: se refuerza el sistema de control para desarrollar la confianza de los consumidores en la agricultura ecológica de la UE; se aplican nuevas normas a los productores para facilitar la conversión de los pequeños agricultores a la producción ecológica; las importaciones están sujetas a una nueva normativa que garantiza que todos los productos ecológicos vendidos en la UE sean de la misma calidad; se amplia la gama de productos que pueden comercializarse como ecológicos.