Las aguas almacenadas bajo la superficie de la tierra tienen una enorme importancia como recurso para el hombre, quien desde tiempos inmemoriales ha construido pozos para extraerla y usarla para su propio consumo o para el riego de cultivos. 
Sin embargo, pocas personas conocen el verdadero tesoro natural que allí se oculta: las aguas subterráneas forman la base para un importante ecosistema, que alberga una fauna extraordinaria, pero muy poco conocida. 
Una gran diversidad de especies pertenecientes a distintos grupos de origen superficial, se han adaptado a la vida en el subsuelo, siendo muchas de ellas verdaderos fósiles vivientes de antiguos linajes, que han sobrevivido por milenios ocultos en sus oscuros refugios subterráneos. 
Estos ecosistemas se caracterizan por la ausencia total de luz, y por lo tanto, allí no existen organismos fotosintéticos en la base de las cadenas tróficas. 
En consecuencia, los seres que allí viven dependen enteramente de las aguas superficiales para obtener alimento y oxígeno, lo que los hace extremadamente sensibles a cualquier tipo de perturbación ambiental. 
Las aguas que les dan origen, están almacenadas en diversos tipos de formaciones geológicas, conocidas como acuíferos, cuyas características definen en gran parte el tipo de fauna que allí habita. 
Los acuíferos pueden ocurrir en sedimentos no consolidados de origen fluvial, aluvial o glacial, donde el suelo actúa como una verdadera esponja, con el agua fluyendo entre las partículas de sedimento, hasta varios cientos de metros bajo la superficie. 
Además, existen acuíferos fracturados, en que el agua fluye a través de la roca, ocupando grietas de diferente tamaño e incluso acuíferos kársticos, que se forman en zonas donde existen rocas calcáreas, que se diluyen lentamente por la acción del agua, formando cavernas y ríos subterráneos. 
La fauna de aguas subterráneas o stigofauna, reúne representantes de casi todos los grupos de invertebrados y algunos vertebrados, dominando los crustáceos. 
Todos estos organismos presentan importantes adaptaciones para poder sobrevivir, destacando la falta de pigmentos y ojos. 
Además, en general presentan tamaños pequeños y cuerpos vermiformes, para poder desplazarse entre las pequeñas cavidades por donde fluye el agua. 
En nuestro país se encuentran los tres tipos de acuíferos, sin embargo, el conocimiento de la fauna que los habita es muy escaso. 
Hasta ahora se conoce únicamente la presencia de poco más de una docena de especies de pequeños crustáceos, asociados principalmente a acuíferos no consolidados. 
Destacan entre ellos, alrededor de 7 especies del grupo de los Syncaridos, pequeños y primitivos crustáceos, cuyos representantes más antiguos datan del Carbonífero. 
Estas especies fueron descubiertas en bancos de grava y arena junto a ríos entre las regiones de Atacama y Aysén, por el investigador alemán Wolfram Noodt. 
También se han descrito varias especies de crustáceos anfípodos, especialmente del sur del país, destacando algunas de ellas por ser nuevos registros de grupos endémicos o de distribución muy restringida, que constituyen prueba de la existencia de antiguas relaciones entre masas de tierra actualmente separadas. 
Se espera que en el futuro se realicen más descubrimientos de nuevas especies, un primer paso que permitirá aumentar el conocimiento de esta fauna, promover su valoración y tomar las medidas para conservarla como parte importante de nuestro patrimonio natural.