El tiburón blanco es uno de los peces más grandes del mundo ya que puede llegar a medir 6 metros de largo y alcanzar las 3 toneladas.
Asimismo, dado que necesita de aguas templadas para vivir, es posible encontrarlo en todos los océanos.
La principal característica que lo vuelve mortal es su mandíbula triangular que cuenta con unos 300 dientes.
Además, tiene la capacidad de abrir su boca tanto que su cabeza se deforma, y puede cerrarse con una fuerza 300 veces al maxilar humano.
Su dieta se basa en otros peces, focas, tortugas marinas, leones marinos y pequeñas ballenas.
Y pese a la creencia popular, no suelen atacar humanos.
En caso de que eso suceda, es porque el animal lo confundió con algún otro mamífero marino o bien porque se sienten amenazados.
Este animal también conocido como Synanceia horrida es uno de los más letales del mar y habitualmente se lo puede encontrar en los océanos Pacífico e Índico, y su alimento principal son los peces pequeños y los crustáceos.
Como su nombre lo indica, su aspecto remite a una piedra, lo que les facilita mimetizarse con el ambiente y, por ejemplo, evitar ser atacado por otros animales.
En sus aletas tiene espinas venenosas repletas de neurotoxinas y citotoxinas que son aún más mortíferas que el veneno de una cobra.
Estos animales habitan en las aguas próximas a Australia, Japón y Corea del Sur, y cuentan con cuatro especies conocidas: Hapalochlaena lunulata, Hapalochlaena maculosa, Hapalochlaena fasciata y Hapalochlaena nierstraszi.