La Gomera es una isla de forma redondeada, con una superficie de 369,7 km2 y una altitud máxima de 1.487 m. 
Su relieve es muy escarpado, existiendo una amplia red de grandes barrancos y valles que se desarrollan de forma más o menos radial desde el centro de la isla. 
La costa es acantilada en casi todo su perímetro, con cantiles que superan los 300 m de altura en algunos tramos. 
Al no existir episodios volcánicos históricos y ni siquiera recientes, en La Gomera han predominado las fuerzas erosivas sobre las constructivas. 
Así, aparte de los barrancos, importantes testigos de su antigüedad geológica son los roques de Agando, Ojila y Zarcita. 
El clima de La Gomera es de tipo mediterráneo, con precipitaciones medias anuales inferiores a los 250 mm en las zonas bajas. 
La temperatura media anual es de 22º C, correspondiendo los valores mínimos a los meses de enero y febrero y los máximos a agosto. 
Los vientos predominantes son, al igual que en la generalidad de Canarias, los alisios del noreste, que están cargados de humedad. 
La economía gomera se sustenta actualmente, en buena medida, en el turismo, que cuenta con instalaciones de gran calidad en Valle Gran Rey, Playa Santiago y San Sebastián. 
La agricultura se desarrolla principalmente en el norte, así como en ciertos valles del sur y el oeste, destacando los cultivos de plataneras, viñedos y frutales.