Muchos países se han comprometido a restaurar un total de hasta 1.000 millones de hectáreas de tierra, una superficie aproximadamente del tamaño de China. Según AZERTAC, un nuevo estudio del PNUMA publicado con motivo del lanzamiento del Decenio de la Restauración del Ecosistema decía esto: 2021-2030. Los autores del estudio señalan que si se restauran vastas zonas de ecosistemas - tierras agrícolas, pastizales y bosques - los Estados podrán realizar progresos significativos en la lucha contra el cambio climático, la degradación de la tierra y la pérdida de la diversidad biológica, así como en el logro de los objetivos de desarrollo sostenible en su conjunto. Hasta la fecha, 115 países ya se han comprometido a restaurar las tierras en el marco de las principales convenciones internacionales sobre el medio ambiente, el Acuerdo de París sobre el Clima y las estrategias nacionales sobre la diversidad biológica. Los autores del nuevo estudio comparten absolutamente esta visión, señalando que restaurar la salud y la productividad de todos los ecosistemas, tanto en una escala sustancial como en la del agua, a una escala verdaderamente planetaria, traerá enormes beneficios a las personas y a la naturaleza. La restauración de los ecosistemas contribuirá a la recuperación económica, que creará millones de empleos verdes. La restauración de los ecosistemas terrestres como las tierras agrícolas, las praderas, los bosques, los humedales y las turberas restablecerá su capacidad para almacenar carbono y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Si se aplican correctamente, los esfuerzos de regeneración del ecosistema ayudarán a prevenir una rápida disminución de la flora y la fauna, aumentar la fertilidad del suelo y reducir la escasez de agua. La restauración de los ecosistemas ayudará a combatir las infecciones zoonóticas como la COVID-19. Un espíritu de competencia positiva está surgiendo en la restauración de los ecosistemas.