La caldera de Bandama conforma una ruta circular que se extiende por los barrancos de Las Goteras y Guiniguada, en dirección a la costa.
Con 216 metros de profundidad, alrededor de 1.100 metros de diámetro y un perímetro que supera los 3 kilómetros, esta caldera invita a bordearla o bajar hasta su interior.
Es sabido que el orígen de esta caldera es relativamente reciente.
El nombre de “Bandama” procede de Daniel Van Damme, un importante comerciante flamenco que fue el primero en explorar el interior de la caldera, donde cultivó distintos tipos de viñedos.
La caldera de Bandama es un Espacio Natural Protegido, el ejemplo más espectacular de vulcanismo reciente en Gran Canaria.
Una estructura que se formó hace 5000 años, junto al antiguo volcán del Pico de Bandama.
Originada por una enorme explosión de carácter freatomagmático (cuando la lava entra en contacto con aguas subterráneas), sus valores geológicos son incalculables, ya que sus paredes muestran claramente diversas etapas del vulcanismo insular.
La vegetación que habita en la caldera, de carácter termófilo, junto con la riqueza de especies de flora y fauna, con presencia de aves rapaces, como la aguililla o el cernícalo, hacen de este monumento natural algo único en las Islas Canarias.