La flora en Lanzarote se constituye por un variado número de especies que recorre la geografía insular.
Los tonos verdes representativos de la flora se pueden observar especialmente en invierno, cuando los relieves de Lanzarote toman colores no propios de los volcanes.
Lanzarote no es una isla de significante vegetación, más bien de yerbas y pedregales.
Sin embargo, se podría extender un listado de plantas y líquenes, que fueron parte de la economía insular, como la orchilla, utilizada para la fabricación de tintas y la barrilla, destinada a la obtención de sosa cáustica.
La Tabaiba dulce es un endemismo canario propio de las zonas bajas y secas, que se puede encontrar en lo que sería el segundo piso de vegetación con gran abundancia, razón por la cual se declarada símbolo vegetal de la isla.
La Palmera Canaria domina la zona de en piso superior, el principal palmeral de la isla se encuentra en Haría, en el denominado “Valle de las mil Palmeras”.
El caso de la escasa altitud de Lanzarote, 670 metros en su punto máximo, ha complicado el desarrollo de formaciones nubosas asociados a los vientos alisios, fenómeno que se conoce en las Islas Canarias como “mar de nubes”, por lo que los microclimas y número de pisos bioclimáticos se ve reducido, en comparación al resto de las islas del archipiélago.
En la isla se puede observar un primer piso de vegetación, asociado a las zonas costeras, ya que contiene especies que se adaptan a las extremas condiciones de insolación y salinidad, como el mato y las uvas de mar.
Malpaís de la Corona acoge el principal Tabaibal de Lanzarote, al norte de la isla.