Las observaciones pueden generar limitaciones en las proyecciones climáticas y sacar a la luz sesgos sistemáticos de los modelos climáticos. Las interacciones entre la tierra y el clima basadas en la humedad del suelo y la vegetación desempeñan una función fundamental en el sistema climático, sobre todo cuando se producen eventos extremos como las sequías y las olas de calor. No obstante, su definición en los modelos del sistema terrestre es deficiente, por lo que crea grandes incertidumbres en las proyecciones climáticas. Estas incertidumbres influyen en la calidad y la precisión de las proyecciones de la temperatura, la disponibilidad de agua y las concentraciones de carbono, así como sus impactos en la agricultura, los ecosistemas y la salud. De unos años a esta parte ha aumentado la cantidad de corpus de teledetección remotos y sobre el terreno sobre humedad edáfica, evapotranspiración y flujos de energía y carbono, por lo que existe la posibilidad de reducir las incertidumbres de los modelos climáticos contemporáneos. Los científicos también derivaron diagnósticos por observación de impactos de la sequía y los utilizaron para definir cambios anticipados en los extremos de calor en Europa Central. Los resultados de DROUGHT-HEAT permitirán a los científicos extraer cálculos más precisos de los cambios previstos durante olas de calor y sequías. Los resultados de nuestros análisis nutrieron el desarrollo del informe especial sobre un calentamiento global de 1,5 °C del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.