Cuenta la leyenda que, en la Gomera, existían entonces, siete lugares de los que emanaba agua mágica y cuyo origen nadie conocía. Estos siete chorros, aparte de regalar virtudes a quienes de ellos bebían, revelaban, cuando te mirabas en sus aguas, si ibas o no a encontrar pareja. Si el agua era clara, el amor llegaría, pero si se enturbiaba, poco había que esperar. Gerián, el sabio del lugar, le hizo una advertencia: -Lo que ha de suceder ocurrirá. Huye del fuego, Gara, o el fuego habrá de consumirte. Gara calló, pero el triste presagio corrió de boca en boca. El Teide, antes conocido como Echeyde, majestuoso volcán tinerfeño, empezó a escupir lava y fuego por su cráter, con tanta fuerza que desde la Gomera el espectáculo era aterrador. Entonces recordaron el presagio dado a la inocente Gara: Gara, princesa de Agulo, el lugar del agua; Jonay, puro fuego, procedente de la Isla del Infierno... Gara, princesa del agua, y Jonay, príncipe del fuego, dan nombre hoy a la cumbre más alta de la Gomera y al Parque Nacional de Garajonay.