Gastronomía de Lanzarote

Lanzarote es una isla llena de sorpresas. Con su gastronomía y vinos, el visitante sin duda se llevará una sensación muy satisfactoria. Canarias ha recibido multitud de aportes culturales que han influido en su cocina. Los habitantes de Lanzarote heredaron de los aborígenes parte de sus costumbres culinarias. Además de la herencia guanche, encontramos en la isla influencia gastronómica española y sudamericana. Sus platos destacan por la sencillez, ya que predominan las materias primas sobre su elaboración, pero el resultado es muy sabroso. Las buenas carnes, el pescado fresco, las verduras y el aceite de oliva virgen, forman parte de la mesa de Lanzarote. Son muy típicos y de gran importancia los vinos y los quesos. Los potajes son la forma más típica de consumir verduras. Debido a la riqueza del mar en Canarias, existen muchas variedades de pescado. Entre las recetas con pescados cabe destacar el Sancocho y el caldo de pescado. Entre las carnes, son la de cochino, el pollo, el conejo y la cabra las más consumidas. En cuanto a la repostería, son muy típicos los panes de maní y los roscos de alma. No podemos olvidar nombrar su plato más popular: Las papas arrugadas. Acompañadas con sus mojos son un plato obligado en su visita a Lanzarote. Lanzarote es Vino Vivo, melodía pausada de una herencia noble que crece, en su clima subtropical seco, gracias al ingenio de anteriores generaciones. Su pueblo se hizo aliado de las arenas volcánicas para ganar hasta la última gota a una climatología adversa, y se ha forjado en permanente lucha con las escasas precipitaciones hasta lograr descifrar los secretos del frescor que aporta la noche. Oculto en algunos casos, hasta diez metros de profundidad está el antiguo suelo, el manto fértil, en el que se hunden las raíces veteranas y renovadas cepas.

La gastronomía de Lanzarote lleva de la mano los productos del mar, frescos pescados y mariscos que dan pie a una gran variedad de deliciosos platos que combinan a la perfección con los productos procedentes de la agricultura de la isla. La cocina típica de Lanzarote cuenta con platos de sencilla elaboración en los que, al igual que en el resto de la cocina canaria, los sabores picantes y fuertes se entremezclan con los bocados suaves y dulces, fundiéndose con los pescados, las carnes, los quesos y las frutas. La isla cuenta con una gran cantidad de ganado caprino, por lo que en la comida típica de Lanzarote es muy común la utilización de la leche de cabra para la elaboración del queso, además de consumirse diferentes platos elaborados a base de carne de cabra. Papas arrugadas son uno de los principales platos típicos de Lanzarote y de todas las islas Canarias. Gofio: Esta harina compuesta por trigo y maíz tostados está repleta de nutrientes y apenas aporta calorías, razones que la convierten en un super ingrediente utilizado para preparar algunos de los platos típicos de Lanzarote. Mojo picón es la salsa que suele acompañar a las conocidísimas “papas arrugás”. Conocidos a nivel mundial por su gran calidad, los plátanos de Canarias cuentan con un excelente sabor gracias al privilegiado clima de la isla. Los quesos de cabra son una de las mayores delicias que se pueden comer en Lanzarote. Elaborados siguiendo las técnicas tradicionales, los quesos de Lanzarote destacan por su gran sabor y su excelente textura. Garbanzas compuestas: Con este consistente cocido canario es imposible quedarse con hambre. A la hora de elegir qué comer en Lanzarote, si no queréis quedaros con hambre, una buena elección es el puchero canario, un plato con gran cantidad y variedad de carne y verduras. Los vinos lanzaroteños son la mejor opción para acompañar la comida típica de Lanzarote. Para acabar la comida con algo dulce, os recomendamos uno de los postres típicos de Lanzarote, el Frangollo. Similar a un flan de sabor muy dulce, está preparado a base de harina, leche, huevo, pasas y azúcar. El café más típico de Canarias es el barraquito. Se trata de un trago intenso y dulce preparado a base de café, leche condensada, licor, limón y canela, una auténtica delicia.